15.9.13

CÓMO SABEMOS QUÉ DEBEMOS HACER

ETICA Y LOGICA

A modo de introducción: Controlado razonablemente el entorno físico, los seres humanos disputan de ordinario entre ellos mismos. Los miembros de una tribu con los de la tribu vecina, entre los mismos miembros de la tribu, y entre los sujetos que componen una misma familia. Los intereses personales o de la tribu están en la raíz de las disputas. Los sociólogos señalan cómo hay un antagonismo inevitable entre las tendencias egoístas y las tendencias altruistas de los seres humanos. Los grupos sociales se forman entorno a estas tendencias innatas. Heráclito advirtió cómo la vida son disputas, discusiones.

No sólo entre los seres humanos, entre los animales, no solamente los mamíferos, hay disputas por el terreno, por la comida, por las hembras, es una constante inevitable. Los gorriones de mi jardín, a los que cada mañana abastezco de suficientes migas de pan, se las arrebatan unos a otros, teniendo a su alrededor suficientes, lo que hace innecesario intentar robárselas al vecino. Interpreto que les divierte arrebatarlas por la fuerza.

Las sociedades que conocemos, están “organizadas” en función de unas reglas que hacen posible el desarrollo del grupo, evitando la guerra de todos contra todos. Esto también ocurre entre algunos animales, algunos mamíferos superiores, y también las sociedades de algunos insectos.
 E.O.Wilson, en “La conquista social de la tierra” explica las fases de esta organización. En su interpretación, vivimos atrapados en redes sociales. “Los individuos egoístas vencen a los individuos altruistas, mientras que los grupos de altruistas gana a  los grupos de individuos egoístas.” El caso es que, aunque, afirma, ”la cooperación humana es un enigma evolutivo”, “los seres humanos propenden a ser morales, (hacer las cosas correctas, retenerse, ayudar a los demás, a veces incluso con riesgo personal) debido a que la selección natural ha favorecido aquellas interacciones de los miembros de grupo que benefician al grupo como un todo”, (o.c.p.288)

Estas situaciones conflictivas explican la pregunta que con frecuencia nos hacemos, ¿Qué debo hacer?.  Habría que completarla preguntando ¿Cómo se lo que debo hacer?.


1.-Heidegger decía, aproximadamente, que una cosa son las cosas y otra hablar sobre las cosas. Se denomina “cosa” a todo aquello de lo que se puede hablar. Vivimos entre las cosas, eso significa “estar-en-un-mundo”, como parece que el propio Heidegger interpretó el “estar-en-el-mundo” original. Así las cosas nos ocurren, son eventos, tanto si tenemos una enfermedad, como si alguien nos ordena o prohíbe hacer algo. Hablamos sobre todo lo que nos ocurre en este sentido.

2.-Aceptando que no podemos definir rigurosamente “lo lógico”, sugiero llamar “lógico” al sistema, procedimiento, etc., que nos permite razonar correctamente, (habría que decir, lógicamente). Los antiguos decían, “razonar ordenadamente, fácilmente y sin cometer errores”. A eso llamaban “el arte de la lógica”.
Así se podría decir que la lógica es el procedimiento que permite obtener inferencias correctas, ( lógicas)

3.-La ética se ocupa de los principios que regulan nuestra conducta moral. Entendiendo por “moral”, no solamente la conducta que resulta de un conocimiento previo y libre, sino aquella que resulta de la vida en común, en el grupo social en el que uno se encuentra. De las mores del grupo. El “estar-en-un-mundo” al que aludí anteriormente.

4.-Los principios, por definición, son generales, por lo que su aplicación a los casos, lo que realmente responde a la pregunta, qué debo hacer en este caso, requiere una inferencia, del principio al caso.
Esta es, se podría decir, la cuestión. Hay que partir de los principios o hay que partir de los hechos, de lo conocido, para establecer los principios, se preguntaba Aristóteles.
En cualquier caso es evidente que es necesario el razonamiento, la inferencia de A hacia B: “dado A es, necesario, o probable, o razonable, o preferible, o sus contrarios, B”
Si “A” es un principio o un hecho es algo que no está claro.

5.-“No hay hechos solo interpretaciones, y esto también es una interpretación”, dijo Nietzsche.
Si, como dijo Aristóteles, se debe partir de los hechos, pues estos son lo seguro, lo conocido, lo que nos aparece como familiar, depende de la educación moral que uno tenga, es decir de la idea de honradez y de justicia que se posea, “en una palabra de lo social”, lo político, en lo que uno este inmerso. El “estar-en-un-mundo”. "Cada uno recibe la verdad y la expresa a partir de sí mismo, de su historia, de su cultura y de la situación en dónde vive", ( Bergoglio )
Lo que llamamos “hecho”, no es, por tanto, lo primario, sino que es el resultado de la interpretación del mundo en que uno está.

6.-Lo lógico aparece como el sistema que permite moverse, transitar, ordenadamente, fácilmente y sin equivocarse, entre las interpretaciones. Es otro nombre de “lo matemático” :”Un lenguaje formalizado del pensamiento puro a base del lenguaje matemático”, (Frege). Se podría decir, que constituye un mundo aparte.




CONCLUSION

En todo caso, bien partiendo de principios generales, sea cual fuere cómo se hayan obtenido, bien partiendo de  hechos que, en nuestra situación, nos presionan como tales, hay que razonar, para saber qué debe uno hacer. Qué es lo correcto.

El problema, en mi opinión, es que, aunque en términos muy generales se habla de una “naturaleza humana”, esta es una idea muy indeterminada. En los particulares, las personas concretas, la naturaleza humana es muy diversa, tanto por causas genéticas como sociales. En este nivel no es significativo hablar de una naturaleza común, universal. Cada uno es cada uno.

Y resulta que no todos son capaces de entender los procedimientos lógicos o no todos quieren aceptarlos. Por lo que las conclusiones que, en niveles teóricos, podrían considerarse lógicas, concluyentes, con frecuencia, no lo son para todos. No podemos, por tanto, establecer principios morales universales. Dicho de una manera más suave, puede que, en algunos casos, “no haya una respuesta clara”, “puede o no tener una respuesta definida” contestar a la pregunta “qué debo hacer”. (Thomas Scanlon)

Aunque para Scanlon (Las dimensiones morales. Permisibilidad, significado y culpabilidad), lo que está permitido hacer, es decir lo que respondería a la pregunta “qué debo hacer” es independiente de las intenciones, del significado que para el agente pueda tener determinada acción, la casuística le fuerza a reconocer que “la cuestión acerca de si la permisibilidad depende del significado, o de las razones para actuar del agente, permanece por tanto abierta”
.
La incapacidad para entender o los intereses, la mala fe, para reconocer que tal cosa es lo que se debe hacer, en mi opinión, están incluidos en lo que Scanlon  llama el significado que la acción tiene para el agente.

Contestando a la pregunta inicial, cómo se lo que debo hacer, habría que contestar con R. Rorty, no lo sabemos, solo la pertenencia a una comunidad nos permite saber qué se deba hacer en cada caso.