16.9.11

OBJETIVIDAD Y DEMAGOGIA



OBJETIVIDAD Y DEMAGOGIA

Hace tiempo que tengo dudas sobre la utilidad de seguir escribiendo sobre “Filosofía en sentido fuerte”, ante las evidencias de la imposibilidad de poder tener criterios objetivos que garanticen la certeza de enunciados sobre hechos.

Sin embargo, en el nivel de la “filosofía en sentido débil”, o sea como expresión de una cultura o interpretación del mundo, en un momento histórico concreto, entiendo que es posible hablar sobre los asuntos que interesan a una sociedad, como decía Platón, sobre lo que es justo o injusto, bueno o malo, etc.,…

La lectura de un artículo, sin firma, en Boule sobre el tema del aumento de horas lectivas al profesorado de secundaria en algunas Comunidades de este país, me revela el sectarismo, bajo la máscara de la objetividad, del redactor o redactores de tal escrito.

El caso es que, según los “hechos-objetivos”, en una situación general de crisis económica como la que se está viviendo hoy, sin entrar, para no ser acusado de sectarismo, en la discusión sobre los, si no causantes sí, al menos, cooperantes de tal situación en este país, se solicita al colectivo de los citados funcionarios un aumento de dos horas lectivas, no de horas totales más de trabajo. Y parece que se está pidiendo la ruina del cuerpo de profesores de secundaria.
La ruina de ese colectivo hace años que se produjo entre el alborozo general so capa de “democratización de la enseñanza”. Y la ruina general de ese cuerpo y de todos los demás, funcionarios o no, me temo que está al caer. Eso es un hecho, afortunadamente, solo probable, dados los antecedentes.

Saludos cordiales, el buho.

9.9.11

¿LA FILOSOFIA ES DIOS?





El enunciado puede parecer absurdo, pero es la conclusión que parece deducirse del libro, magnifico estudio, por otra parte, de Cristian Delacampagne, “Historia de la Filosofía en el siglo XX”, que acabo de leer.

Tras presentar un claro analisis de las corrientes filosóficas del siglo, llega, en las páginas finales, a la conclusión, tras constatar la imposibilidad de seguir sosteniendo la ilusión de encontrar “un fundamento sólido para la razón”, ideal de la Ilustración, cuyo modelo, opino yo, sigue siendo Kant, todo lo posterior son epígonos, de que tal conclusión es peligrosa, “la renuncia a toda concepción objetiva de la razón entraña inmensos peligros para el futuro de la humanidad”,(p.353, RBA, 2011).

Los inconvenientes de reducir la filosofía a “simple práctica cultural”( id.), en opinión del autor, obligaría al “retorno a los ideales de la Ilustración,(necesariamente revisados y corregidos) así como a la practica de la discusión argumentada racionalmente”( id.). Práctica e ideales que “son los únicos que pueden librar el combate a favor del respeto del hombre, no menos necesario hoy que hace doscientos años, cuyo fundamento universal parece faltar”,(354).

A esta idea de los ideales de la Ilustración, es decir, de la Razón como Fundamento Último del conocimiento y de la práctica moral, un conocido autor antiguo diría: “et hoc dicimus Deum”.


Saludos, el búho.