4.2.12

ENSEÑAR FILOSOFÍA v.ENSEÑAR A FILOSOFAR



Por lo que leo el ministro Wert ha liado una buena con su propósito de cambiar la controvertida asignatura de “Educación para la ciudadanía”. Los profesores de la “asignatura filosofía” se cabrean, pero se podría preguntar ¿pero qué tiene que ver esa asignatura con la filosofía propiamente dicha?

Una vez en un departamento, los, antes, llamados “seminarios”, me preguntaron ¿enseñamos filosofía o enseñamos a filosofar? Su opinión, y la mía, es que se enseña filosofía, como quien enseña historia. Eso es lo que se hace, historia de la cultura.

Otra cosas sería si se supone que se está enseñando a filosofar. ¿Pero se puede enseñar a filosofar? (También sería cuestionable si se debe enseñar a filosofar)

La cuestión es que en realidad, tanto por parte del estado, que es el que paga, como por parte de los profesores, lo que solapadamente se pretende es “adoctrinar, catequizar” en una forma de interpretar el mundo, “lo políticamente correcto”, según el estado, los valores adecuados, correctos, lo que se debe pensar, lo que se debe hacer, a lo que, por parte del profesor, si es un verdadero profesor de filosofía, se suele contraponer, solapadamente, su propia filosofía, o sea su propia manera de pensar qué se deba pensar y hacer. Así se ha comentado en boule: “los profesores de filosofía hemos seguido haciendo lo que ya hacíamos, formar ciudadanos, a partir de las ideas“, según el texto original de Miguel.

Me pregunto:¿de qué ideas? ¿Acaso hay ideas con entidad propia, autónoma, al modo platónico?

Y si así fuese, ¿es que el profesor de filosofía tiene entrada preferente a ese mundo de las ideas auténticas? ¿De dónde han obtenido los profesores, los filósofos, esas ideas si no es de la cultura de su época?