28.2.08

el filosofo en la caverna

EL FILOSOFO EN LA CAVERNA
Mis comentarios sobre la “caverna”, como “habitat natural del hombre”, me hacen preguntarme, ¿qué hace el filósofo en la caverna?
No pregunto por “la filosofía”, sino por el filósofo. Obviamente no pregunto por los “profesionales de la filosofía”, los profesores, estos viven de la enseñanza de la filosofía, (en algún debate, hace tiempo, uno escribió “defiendo mis lentejas”!), y siempre cabría preguntar “si eso es filosofía”. Alguna vez he escrito que, los profesores, son como “los acólitos del poder”. (Probablemente siempre lo han sido, desde la Grecia arcaica, según los datos históricos conocidos).
Desde un punto de vista “puramente teórico”, el filósofo, como aquel “espectador-desinteresado”, del que hablaba Husserl, debería limitarse a observar y describir el mundo, cosa que, por otra parte, ya hacen las ciencias. La cuestión es, si esa actitud, es posible. Por eso he escrito “debería” y no “debe”.
Esa observación y descripción del mundo, desde un punto de vista humano, lo que quiere decir “moral”, según, obviamente, la “conciencia moral” que se tenga, pienso que es la función del filósofo, función en la que se encuentra acompañado por la literatura, el cine, el arte, las religiones, etc., todas “formas-de-ver-el-mundo”.
Estas “formas-de-ver-el-mundo” implican “formas-de-actuar-en-el-mundo”. No existe ni puede existir “el espectador-desinteresado”. Por lo que, el filósofo aparece siempre “comprometido” con una forma determinada de ver el mundo. Con “las-manos-sucias”.
¿Habría que decir, entonces, que la filosofía, la actitud filosófica, es una “actividad-imposible”, un oximoron?

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